domingo, 27 de diciembre de 2009

Vuelta a la rutina!

Salgo a la calle y cierro la puerta del portal.
El calor refrescante de la mañana me golpea la cara con fuerza, pero no impide que siga mi camino hacia el colegio.
Conecto el iPod y me sumerjo en mi mundo.
A los pocos pasos de llegar al colegio me paro y me quito los auriculares pero no lo apago, oigo las risas, las carcajadas y veo a la gente corriendo entre abrazos y sonrisas, día de encuentros de historias sobre el verano y sobre todo día de comenzar algo nuevo.
Suspiro y me encaminó directa a la muchedumbre, intentado pasar desapercibida.
Un par de pasos y estoy dentro, cuando creo que casi e pasado desapercibida un par de manos me tapan los ojos y este gesto vienes seguido por una cálida voz:

- ¿Quién soy?.- dice una melodiosa voz, entre carcajadas.
- Vamos, Mart, que me e ido de vacaciones, pero aun recuerdo tu voz eh!
- Cierto.- dice sin parar de reírse, dejándome los ojos al descubierto y dándome la vuelta de tal manera que quede enfrente suyo.
Ahora estamos cara a cara y al ver esa tez morena ese pelo rubio y esos ojos negros sonrío, mientras veo que Marta también lo hace, Puede que lo siguiente que haga sea un impulso la verdad no lo sé, simplemente me tiro a sus brazos dándole uno de esos enormes abrazos de oso.
Marta grita en medio del patio y se ríe en voz alta mientras yo la hago cosquillas.

- Vale, vale o al final me mataras de tanto reírme!
- ¿De reírte? No lo creo.
- Bueno, bueno ¿Qué tal el verano?
- ¿Qué verano? No querrás decir ¿Qué tal el último mes? Porque que yo sepa nos hemos visto todos los días de verano menos este mes.
- Joder, ya sabes a que me refería.
- La verdad que si
- Bueno ¿ piensas contármelo o te lo tengo que sacar con un sacacorchos?
- Vale, vale. Mucho sol, mucha playa, mucha pasta, abuelos pesados. Italia.
- Pero no me cuentas lo más importante.
- ¿ El qué?
- Italianos.- esto último no lo dice, simplemente lo chilla por todos los pasillos del instituto.
- Si, había muchos de todos los tamaños y edades.- digo sarcástica.
- Pero…¿ conociste a alguno especial?
- Bueno, hubo uno. Pero no paso nada interesante, nos hicimos amigos, bajábamos juntos a la playa un par de días, me besó tal y cual.
- ¿si? ¿Y que más?
- ¿Cómo que más? Nada más. Lo prometí.
- Vamos, Mar, no podías estar hablando en serio, ha pasado casi un año.
- Lo sé, pero me lo prometí, no me volveré a enamorar.
- Yo que tu no lo diría mucho eh!
Y así entre conversaciones y demás llegamos a mi primera clase. Química.
Marta ha elegido el otro el itinerario y este año cursará humanidades, por lo tanto me temo que estaremos en clases separadas.
Justo cuando atravieso el marco de la puerta me giro a tiempo para ver a Marta saludando con la mano, por encima de las voces grito:

- Te e echado de menos.
Y veo como su sonrisa se hace más grande.

Cuando hago mi aparición en clase encuentro esas dos cabezas rubias y se que es el momento de no mirar, de dirigirme a mi mesa sin más.
Dejo mis cosas a un lado y me siento la veo tan como es ella, es increíble lo que ha cambiado en un año, entonces giro la cabeza y veo al chico que tiene al lado, y rectifico es increíble lo mucho que hemos cambiado todos y en tan solo un año.
Al verlos juntos pienso el lo que minutos antes le he dicho antes a Marta.
No volverme a enamorar.
Lo prometí exactamente cuando todo ocurrió, cuando me rompieron el corazón y el dolor de la traición se hizo tan agudo que incluso para los más fuertes les hubiera sido imposible aguantar.
Enamorarse, es como esperar o gritar a voces que quieres sufrir y a pesar de ello es inevitable enamorarse.
Te preguntas por que es tan difícil desprenderse de esa persona, ya que yo me e plateado que si el volviese pidiéndome perdón tal vez…, y la conclusión a la que e llegado es que es por los momento vividos, por los recuerdo compartidos.
Y mientras reflexiono sobre esto mi mente se deja llevar cubriéndose por una leve capa de niebla que nubla mi capacidad de pensar y ahora si, ahora las heridas del pasado empiezan a abrirse.
Apenas un año antes…

Faltaban dos días para la fiesta del decimosexto cumpleaños de Cintia.
Natalia y yo llevábamos planeando el ir aproximadamente un mes, era justo el fin de semana antes de que empezase el curso y nuestros padres nos dejaban ir, me había comprado un vestido precioso pero no tenia zapatos, me moría por uno de esos zapatos de tacón negros tipo botines.
Esa tarde le obligué a mi madre a llevarme a comprármelos después de tanto insistir accedió, pero la cosa no acabó hay.
Estábamos sentadas en el coche de camino a casa y yo solo parloteaba acerca de lo mucho que me gustaban los zapatos, cuando una luz procedente de uno de los faros delanteros de un coche cegó mis ojos, lo siguiente que recuerdo fue un gran impacto que rompió los cristales e hizo que salieran disparados como cuchillos afilados, las sonrisas se habían esfumado dejando paso a las lágrimas, minutos después recuerdo que el coche estaba boca abajo y yo y mama dentro, no se como llegó a quedar boca abajo el coche lo más seguro es que me desmayase, no lo sé.
Notaba como la sangre me recorría la frente y se secaba en mis ojos de tan manera que no me dejaba abrirlos, pero mi madre estaba inconsciente o eso pensé yo.
Cuando estaba a punto de dormirme el sonido de unas sirenas inundó mis tímpanos.
Unas manos de hombre me sacaron del coche y me sentaron en una camilla, de lejos oía la voz de una mujer, pero no la escuchaba, era la misma sensación que cuando empiezas a beber y al principio todo te da vueltas oyes las cosas pero a la vez no las oyes, esa misma.
Pero los ojos no me fallaban, mi madre estaba tendida en el frío suelo y una tela amarillo fosforito cubría su cuerpo, de esas que se ven el los noticiarios cuando resulta muerto.
Lo siguiente que recuerdo es levantarme en esa horrible cama de hospital y oír que llamaban a la puerta… ahí estaba ella con su sonrisa de afectada.

Natalia. Podría decirse que éramos siamesas, no en el sentido literal de la palabra, si no que ella era como la parte que siempre me complementó.
Llevábamos juntas desde pequeñas y ella se había convertido en el mecanismo de mi vida, esa mejor amiga que siempre estaba ahí.
Me alegré al saber que la primera cara que veía era la suya, pero no era solo la suya detrás esta él.
Solo puedo decirte que era la persona que más e querido en toda mi vida y que aún sigo queriendo.
Estaba completamente y perdidamente enamorada de él.
Se que por aquel entonces solo tenía 15 años pero lo nuestro era algo superior en tan solo seis meses le había llegado a querer más que a mi propia vida.
Marcos.
Gracias a sus continuas visitas salí des hospital en dos semanas, las cosas los primeros días no iban bien, pero se turnaban para estar conmigo, recuerdo todo las lloreras que aguantaron por mí y el levantarme de la cama cuando llevaba días sin levantarme o el obligarme a comer cuando no quería.
Pero al cabo de un mes cuando yo pensaba que empezaba a mejorar las cosas cambiaron, Natalia estaba más distante conmigo no se ya nada era como antes, no me contaba sus últimos escarceos amoroso ni nada, Marcos apenas me besaba y siempre que hacía por quedarnos solo las excusas le llenaban la boca.
En aquel entonces pensé que tal vez yo hubiera cambiado demasiado que ya no era la chica de antes y que por tanto todo lo que ellos sentían por mí había cambiado, y de cierta manera había cambiado, pero no por mi culpa.Hasta una semana después no me dí cuenta que lo que los estaba corroyendo era la culpa.



Espero que las guste:)
en el proximo capitulo la historia sobre que paso entre los tres ;)
Besos!

4 comentarios:

  1. Ya me lei algo de la historiia y esta geniial!!
    CUANDO PUBLIQUES otros capitulo me AVISAS por favor

    Unbesiito!

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  2. Si, tuvo que hacerlo..pero a veces nos puede la suposición y el miedo.
    Sigo tu blog, está genial (K)

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  3. Me gustan tus textos, gracias por pasarte por mi flog, la verdad los textos no son mios, xd.
    besos.

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  4. Muy interesante, me gusta, me gusta.
    Me pasaré más seguido, te espero también :)

    Un oso de abrazo!

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Espero que os guste la historia y gracias por los comentarios!
Un beso!